Introducción | El hombre de Shingu | La elección de O'Sensei | Una ciudad de madera | Impresiones de Dojo
"La Luz Divina"
Que estas páginas sirvan para hacer conocer mejor a los practicantes de Aikido la excepcional personalidad del Maestro HIKITSUCHI Michio, 10º dan de Aikido, uno de los discípulos más importantes y más próximos a O'Sensei Morihei UESHIBA, Fundador del Aikido.
Conocido en Europa desde 1.984, las enseñanzas del Maestro HIKITSUCHI han podido desarrollarse en Francia gracias en gran parte a la fe, la confianza y la perseverancia de todo un grupo constituido alrededor de Gérard BLAIZE, 6º dan Aikikai de Tokio y discípulo del Maestro HIKITSUCHI.
"El bien que hacemos a los hombres
sólo es pasajero,
las verdades que les dejamos
son eternas".
Georges CUVIER
En 1919 el Japón sale apenas de la era Meiji y el emperador que reina en esta época con el nombre de YOSHIHITO inaugura la era TAISHO.
Pero reinará poco tiempo, a causa de la enfermedad y morirá en 1926. Su hijo HIRO-HITO es proclamado Emperador, empezando el gran periodo de SHOWA, sumergiendo Japón en el era moderna.
Durante este mismo periodo de tiempo, en los confines de la península de Kii, en la provincia de Kishu, poco tocado aún por la moda occidental, la pequeña ciudad de Shingu vive y prospera como en el periodo MEIJI y en una familia samurai, nace el 14 de julio de 1919 un niño llamado Michio.
HIKITSUCHI Michio, nacido bajo el signo de fuego y del agua, tiene una infancia movida y marcada por la desaparición de su madre cuando tiene dos años y por la de su padre a los siete.
Encontrándose huérfano, su abuela lo acoge y el joven Michio aprenderá desde su tierna infancia los rigores de una educación sin debilidades, una educación severa, hecha de austeridad y de ejercicios aptos a endurecer su cuerpo y su alma de niño.
La educación de los niños de familias acomodadas prometidos a una vida marcial, estaba basada en esta época en la severidad y el rigor inculcados desde la era MEIJI, no habiendo cambiado mucho en este primer cuarto de siglo.
La abuela de HIKITSUCHI Michio era ella misma Sensei de naginata y había aprendido, como la mayoría de las mujeres en las familias samurai, a manejar muy pronto un arma temida, medio lanza y media hoz, con el filo afilado como un sable y que permitía cortar de un sólo golpe los jarretes de los caballos.
Es ella quien se encarga de la educación del joven Michio y deseando verle en un buen camino, le incita a iniciarse en la práctica y ejercicio del budo.
En 1928, en Kioto, HIRO-HITO es proclamado 124º Emperador del Japón, descendiendo, según la mitología japonesa, de la diosa del Sol AMATERASU O MI KAMI. Con la era SHOWA "La Paz Luminosa", empieza la era más larga del Japón contemporáneo.
A finales del año 1933 nace AKIHITO, príncipe heredero y futuro 125º emperador del Japón. Durante este mismo año la historia del mundo avanza rápidamente, Japón tiene los ojos vueltos hacia China, crea en Manchuria un estado de Mandchourie y se aísla saliendo de la Sociedad de las Naciones.
Es también durante 1933, y gracias a su abuela Sensei de naginata que conoció a O'Sensei, que HIKITSUCHI Michio, cumplidos los catorce años, conoce al Maestro UESHIBA. Este encuentro será decisivo para la definitiva orientación de la vida del joven Michio en la vía del Budo.
Durante estos años profundiza en una verdadera iniciación a las artes marciales. Aprende Judo, Karate, Kendo, Yari, el Arte de la Lanza, el Iai, el arte de desenvainar el sable, el lanzamiento de armas, y para acabar, el arte de montar a caballo, el Bo-Jutsu.
Pero la educación de un samurai del siglo XX no estaría acabada si no incluyera el aprendizaje de las Bellas Artes que son el Japón arte de vida.
Así, HIKITSUCHI Sensei practicará durante años la caligrafía, el arte de la ceremonia del té, y también lo que es más raro, tocará un instrumento tan bello como extraño: el koto, una especie de arpa horizontal con 13 cuerdas, de sonido vibrante y quejumbroso. Tocará a menudo en público, acompañado por otros instrumentos tradicionales.
Esta educación, perfecta a nivel de las artes, no dejará de lado la vida espiritual. Así mucho más tarde, al lado de O'Sensei, HIKITSUCHI Sensei, retomará y profundizará el estudio de las religiones y la Filosofía.
La parte más importante será la dedicada al estudio de la mitología japonesa (Kojiki, Nihon-Shoki) y la práctica de los rituales de purificación (haraï, misogi), así como las oraciones (norito), estos importantes estudios del antiguo shinto serán de gran importancia para comprender el origen divino del Aikido.
Más tarde HIKITSUCHI Sensei llevará, en las demostraciones o en las ceremonias, una hakama blanca y celebrará ceremonias shinto, llevando en sus manos el shaku, una especie de tablilla de madera con los bordes redondeados, parecida a la que llevaban los curas de la época Nara, como símbolo de su función sagrada.
Lenta y inexorablemente grandes nubarrones negros oscurecen el horizonte, preparando la guerra. Parece como si Japón se hubiese lanzado en una trayectoria irresistible que le precipitará a la guerra y, a finales de 1941, con la destrucción de la Flota Americana en Pearl Harbour, el soplo de la guerra se cierra sobre Japón.
Cuando estalla la guerra en el Pacífico, HIKITSUCHI Michio recibe la tarea de enseñar el budo a los jefes del ejército.
La ciudad de Tokio será bombardeada, las casas de madera y de papel incendiadas y sus habitantes masacrados bajo las bombas incesantes de los bombardeos B-29. Tokio quedará prácticamente destruida, barrios enteros quemarán durante días y días, y los habitantes, intentando huir de este horno se tirarán al río Sumida. Habrá más de 200.000 víctimas.
Durante este terrible periodo, el Maestro UESHIBA se retira lejos de Tokio con su familia. Se instala en Iwama, en la región de Ibaraki y allí se dedica a la agricultura, trabaja la tierra con sus manos y se dedica sobre todo a entrenar.
El poder de O'Sensei en esta época era absoluto, formidable y practica el Aikido con gran intensidad. Se dedica a la oración y a la meditación, practicando el "Chinkon-Kishin", uniendo su cuerpo y su espíritu a la Naturaleza Divina de las cosas.
Cuando por fin el 15 de agosto de 1945 los japoneses de las ciudades y los campos oyen por primera vez la voz de su Emperador por la radio, es para ellos la señal visible del fin del mundo. El pueblo oye pero no entiende el discurso del emperador. En efecto, el emperador es el único en emplear este viejo lenguaje, que no ha cambiado desde hace ocho siglos y que nadie comprende. Solamente la transcripción del discurso en los periódicos, especialmente en el Asahi Shimbun, bajo la pluma del escritor INOUE Yasushi, mostrará la dimensión de la realidad del acontecimiento, y la vida de los japoneses se vuelve ya hacia el futuro.
El emperador HIRO-HITO y su esposa la emperatriz NAGAKO, para que su pueblo les conozca recorrerán todas las provincias de Japón, apoyando y animando los esfuerzos hechos por los japoneses para levantar y reconstruir el país. El matrimonio imperial llega a Shingu y visita el santuario Hayatama Jinja. Es posible entonces ver de cerca al emperador, sin esconderse ni postrarse como antes. Se mira al emperador como a un hombre y no como a la encarnación de una divinidad mística.
Mientras que la prohibición para la práctica de los otros Budos no será abolida antes de 1.951, el G.H.Q. (General Headquaters) anima a O'Sensei para que retorne a la enseñanza del Aikido y el desarrollo progresivo del Aikido se hará paulatinamente, a medida que se van abriendo los dojos cerrados desde el principio de la guerra y que se van creando nuevos dojos.
Las Fuerzas de Ocupación Americana llegan a la conclusión que para la supervivencia y el porvenir del Japón dos cosas son esenciales: la perpetuidad de la identidad imperial y dejar vivir el alma del Japón que se encarna en el shinto y en el budo.
El Aikido considerado al margen de los otros budo antes de la guerra, fue el primero que retorno. A partir de esta época había entrenos en Shingu, impulsados por el Maestro UESHIBA, la gente al no disponer de dojo, se entrenaba en cualquier sitio, almacenes, diques a orillas del río o en la acogedora trastienda de un vendedor de sake.
HIKITSUCHI Sensei ha explicado como fue el reencuentro con O'Sensei después de la guerra, y como se tomó la decisión de construir un verdadero dojo en Shingu.
"Después de la derrota del ejército americano había prohibido los Budo tradicionales, pero a medida que la sociedad se estabilizaba, se desarrollaban de nuevo, rápidamente, los budo. En esta coyuntura, después de la derrota, se retornó el Aikido en primer lugar en nuestra región de Kumano".
"Recuerdo que hacia mucho frío este día, lo que es raro en esta región de Shingu. O'Sensei me llamó por teléfono y me pidió de ir enseguida a verle en el hotel Koshinoyu, en Kii-Katsura. Estaba al mismo tiempo muy emocionado y sorprendido, puesto que no sabía nada de O'Sensei desde hacía mucho tiempo, ¡tanto que ya le daba por muerto! Y he aquí como O'Sensei estaba en Kumano. Estaba muy emocionado y mi mano temblaba de emoción sosteniendo el teléfono".
"Después de colgar me lancé con mi motocicleta a toda velocidad hacia Kii-Katsura, al hotel Koshinoyu. Las primeras palabras de O'Sensei al verme fueron: "¿cómo estás Michio San?" a pesar de su edad (cerca de setenta), su cuerpo entrenado y fortalecido por el budo no mostraba ninguna debilidad, ningún declive y su serenidad tampoco había cambiado en estos diez años".
"Me embargo una gran alegría riéndome en tan buena salud que no pude contestar enseguida. O'Sensei me dijo entonces: "Bien, Michio San, el general MAC-ARTHUR ha dicho que sólo podemos practicar Aikido; Michio San, eres como yo, has nacido para hacer Budo; así pues, sigue el camino del Budo toda tu vida. ¿No puedes montar un dojo en Shingu?".
"Esta noche hemos hablado toda la noche...".
O'Sensei dice que el Aikido no debe de ser el Budo de la destrucción. Debemos crear el Budo que construya una nueva época, basándose en el espíritu de la armonía, la unión, el espíritu de Wa-Go".
"Es decir, debemos crear el paraíso terrenal, establecer la idea de una gran familia, con un espíritu de Amor que manifiesta la Armonía del Universo. Te pido, pues Michio San, de seguirme con firme voluntad".
En la ciudad de Shingu había muchas personas interesadas en continuar practicando el Aikido. Será el señor KUBOKATSU Yoshihiro, uno de los más antiguos alumnos de Shingu y el primero que había estudiado con O'Sensei quién dará el impulso necesario para poder construir el primer dojo.
El lugar escogido era junto a la casa familiar de HIKITSUCHI Sensei, al pie de las montañas y no muy lejos de Hayatama Jinja. Pronto se empiezan las obras, después de un gran ritual de purificación en el terreno, con la presencia de O'Sensei recitando los "norito" y haciendo las ofrendas de ramas de sakaki junto a HIKITSUCHI Sensei.
A finales de 1.952 el dojo está casi acabado. Es un dojo bastante pequeño, de corte tradicional en madera, con grandes aberturas que permiten tan sólo una vista parcial hacia el exterior, con 21 tatamis. Está rodeado por pequeñas casitas de madera y la entrada da a una calle todavía sin asfaltar.
El Dojo se va desarrollando. HIKITSUCHI Sensei da clases a los numerosos estudiantes de las escuelas, vestidos con sus trajes sobrios y con sus pequeños gorros. Es el uniforme que los estudiantes llevaban ya durante la época Meiji y que no ha cambiado.
Una gran disciplina y un entreno riguroso son la base del trabajo realizado en el dojo, abierto desde las 6 horas de la mañana hasta las 10 de la noche.
El dojo es austero, decorado con las caligrafías hechas por O'Sensei con las instrucciones para el entreno de los estudiantes, y con las tablas de madera donde se inscriben los nombres de todos aquellos que, japoneses o extranjeros han estudiado aquí. En las paredes cuelgan también, de manera menos decorativa, los keikogi y hakama, que se airean esperando el próximo curso.
Durante una entrevista HIKITSUCHI Sensei ha hablado de las caligrafías que ornan su dojo y del significado de la más importante de todas ellas, la mayor hecha por el propio O'Sensei y que representa el "TAKEMUSU AIKI".
"TAKEMUSU AIKI", significa la unión con la creación, los dioses, la naturaleza. Si existe esta unión, entonces puede hacerse la verdadera técnica. Pero nada puede hacerse si el espíritu no es grande y tranquilo. Hace falta entrenarse mucho para alcanzar este estado de ánimo, se necesita así mismo, un espíritu de apreciación y comunicación con el sentimiento divino.
Otra caligrafía, hecha por el señor SEKO significa "el Aikido es un budo divino, el Aikido es invencible". La realizó en SHOWA 30 (1955) durante una demostración, durante la cual el señor SEKO se emocionó viendo a O'Sensei, sintiendo que el Aikido había sido creado por una persona nada ordinaria y se dio cuenta de que O'Sensei, en todos sus movimientos estaba en íntima unión con la naturaleza y que no había ningún tipo de conflicto ni de competición entre las personas.
Es raro hoy en día encontrar un dojo en Japón donde reine aún esta atmósfera de antaño, cuando O'Sensei estaba allí. Esta sensación de la presencia de O'Sensei en el Dojo es todavía muy fuerte, acentuada por las grandes caligrafías que todavía perduran en el Dojo.
Estas caligrafías ofrecen a todo aquel que las contempla, un espíritu positivo y al igual que en la contemplación de una obra de arte, ya sea un fresco de Lascaux o de Miguel Angel, uno se siente traspasado por el soplo creador, llamado trabajo de meditación y purificación.
Muy pronto el dojo se queda pequeño. Son muchos los estudiantes de las escuelas de Shingu y de los alrededores que vienen a entrenar y participar en la fiestas del Dojo. Cada mes una ceremonia "Mitama Saï" reúne a los participantes en una demostración de Aikido y con el espíritu de O'Sensei, seguida de un momento de convivencia, compartido con HIKITSUCHI Sensei. El té y el sake se sirven acompañados por varios "tabemono". Pero los momentos festivos más importantes se sitúan en torno al Año Nuevo, el "Shôgatsu".
El pasaje del año viejo al año nuevo se hace durante un entreno especialmente intenso. Luego, en plena noche, todos se dirigen, siguiendo a HIKITSUCHI Sensei, hacia el Hayatama Jinja para la oración del Año Nuevo. A pesar del frío casi toda la ciudad de halla en la calle. El ambiente es festivo y los pequeños tenderetes alineados en la entrada del santuario hacen buen negocio vendiendo amuletos o pinchitos de "ika".
Estos años son los más importantes y maravillosos para el dojo. O'Sensei está allí a menudo y el entreno es muy intenso. Muy a menudo los alumnos del dojo van a entrenar con O'Sensei y HIKITSUCHI Sensei en el espléndido marco natural que rodea los santuarios de Nachi, a Hongu, con los cedros y criptógamas. Allí hay continuamente demostraciones de Aikido y de Bo-Jutsu. O'Sensei se halla en la cumbre de su arte y HIKITSUCHI Sensei es el compañero predilecto en todas estas manifestaciones excepcionales.
En SHOWA 34 (octubre 1.959) O'Sensei, vestido con el haori ceremonial y acompañado por el señor KUBOKASTU y por HIKITSUCHI Sensei, asiste a la ceremonia de agradecimiento en el Hayatama Jinja.
Las ofrendas de plata, sake, sal y ramas de sakaki expresan a los dioses gratitud y agradecimiento. El Guji (oficiante) del santuario toca el gran tambor para atraer la atención de los Kami. Los participantes recitan los "norito" y la ceremonia termina cuando el cura espolvorea el O-Nusa sobre cada participante, concluyendo el ritual purificador.
Pero el lugar preferido por O'Sensei es el santuario de Kumano, en Hongu. Allí encuentra de nuevo recuerdos y los lazos que le unen fuertemente a sus padres y antepasados. O'Sensei se consideraba "un hijo de Kumano", puesto que su nacimiento se debió a las numerosas peregrinaciones realizadas por sus padres a ese lugar sagrado. Las oraciones llegaron a oídos de los dioses, quienes acordaron un hijo a la familia UESHIBA. O'Sensei lleva más de 150 peregrinaciones al santuario de Kumano con oraciones y purificaciones y dedicando a los dioses demostraciones de Aikido y de Bo-Jutsu.
Es un gran momento de alegría cada vez que O'Sensei viene a esta región de Kumano. La atmósfera del dojo, santuario y lugar de entreno, cambia con la sola presencia de O'Sensei, tan excepcional es su aureola. HIKITSUCHI Sensei no se separara jamás de él en todos sus desplazamientos, viajes en tren, ceremonias, está siempre a su lado, presencia atenta y necesaria, ayudándole y apoyándole al final de su vida, cuando debe ayudarle para subir los 100 peldaños que conducen al santuario de Hongu.
La vida como discípulo de O'Sensei en esta época no era cosa fácil. Uno debía tener una completa disponibilidad, vigilar y estar atento en todo momento, hasta llegar casi a olvidar su propia vida cotidiana para vivir bajo la sombra de O'Sensei, seguirle y estar atento a sus mínimas necesidades.
HIKITSUCHI Sensei explica: "Cuando O'Sensei llegaba a la región de Kishu y a Shingu, yo estaba siempre a su lado y teníamos tiempo para hablar. O'Sensei hablaba mucho entonces y me decía todas las cosas importantes".
"O'Sensei hablaba mucho de los kami y memoraba historias de Kojiki y de Nihon-Shoki. Cuando empezaba a hablar antes de una demostración, mucha gente le escuchaba pero al cabo de un rato la gente pensaba: ¡Ah! ¿Cuando dejara O'Sensei de hablar de los kami y empezará la técnica?
Hay que decir que el lenguaje de O'Sensei no era corriente. Era un lenguaje derivado del Shinto antiguo y expresado en el dialecto de la región de Kishu. O'Sensei le hablaba con soltura y HIKITSUCHI Sensei le entendía. Era un modo de comunicar y de transmitir a su más cercano discípulo, lo que quería enseñarle, en un transmisión oral directa, de corazón a corazón.
Desde los Tiempos de los Dioses, se cuenta que el país de Yamato es el país majestuoso de las divinidades, un país bendecido por el espíritu de las palabras...(H. ROTERMUND).
El espíritu de las palabras, el "Kototama" se expresa aquí en toda su plenitud, a través de la persona que mejor puede hablar de ello, HIKITSUCHI Michio Sensei.
"Quisiera hablaros otra vez de la creación del Aikido. O'Sensei domino en toda su vida, todas las técnicas de las Escuelas de Budo, sin estar nunca satisfecho. Su búsqueda le empujaba cada vez más hacia delante y poco a poco la enseñanza del Aikido se ha ido creando hacia a la perfección gracias, a su especial aspiración espiritual".
Estamos en la prefectura de Wakayama, llamada Kishu en otros tiempos. Hay tres grandes montañas a las que les damos el nombre de Kumano Sanzan. La leyenda cuenta que estas montañas han acogido a tres dioses y que se hallan allí tres grandes santuarios: el Kumano Hongu Taïsha, el Nachi no Kumano y el Hayatama Jinja en Shingu. En estos tres santuarios se venera especialmente al dios SUSANO NO KAMI, conocido también con el nombre de TAKEBAYASHI, el turbulento hermano de la Diosa del Sol, AMATERASU O MI KAMI".
En estos textos mitológicos del Japón, especialmente en el Kojiki, hay que buscar el nombre de los kami y constatar que desde las diferentes interpretaciones que se han hecho desde los tiempos históricos, el nombre de los kami es una constante evidente, pero accedemos difícilmente a ello desde nuestra comprensión.
El nombre de los kami es importante. O'Sensei los recitaba en todas sus invocaciones a los dioses. Es verdad también que el sonido del nombre de un kami tiene una gran resonancia que viene con la practica del Kototama.
"El Kototama es también el Aikido, pero bajo otra forma y no pueden separarse. Para comprender la esencia del Aikido habría que estudiar textos antiguos del Kojiki".
"Furitama, es reunir el Universo y uno mismo. Para ejecutar estos movimientos es importante invocar el nombre de los kami, es decir, pronunciar su nombre haciendo, como sabéis, el movimiento en tres tiempos. Primero AMATERASU A MI KAMI, O HARAIDO NO KAMI, AME NO MINAKA NUSHI O KAMI".
Hay que visualizar en sí la energía del cielo que desciende en nosotros, al mismo que se calienta la sangre. Los sonidos también influyen en el cuerpo físico, como en el Kototama. Es por ello que debemos pronunciar el nombre de los kami durante el ejercicio, para sacar de él el máximo provecho".
Actualmente, y desde los antiguos estudios realizados en diferentes épocas, en unas interpretaciones más recientes podrían dar alguna forma a los siguientes kami:
AMATERASU A MI KAMI, es la representación simbólica más importante. La invocación del nombre de la Diosa del Sol puede ser un ritual de purificación e iluminación interior.
O HARAIDO NO KAMI, kami de la purificación, nació del soplo divino de IZANAGI, al mismo tiempo que los últimos ocho kami terrestres.
AME NO MINAKA NUSHI O KAMI, existe al mismo tiempo en el Universo y encima del Universo. Es a la vez inmanente y trascendente. Envuelve el mundo visible y participa de su ser... este kami primordial es a la vez creador y creación... primer kami que hace referencia al centro cósmico, allí donde la energía que hace que todo germine se encuentra en estado potencial.
Este kami tendría también las cualidades de "Naka-Ima", existiendo en todo tiempo y lugar, pero quedándose por encima de las contingencias temporales y espaciales.
Según algunas teorías, la aparición de este primer kami lejano y abstracto se hallaría después de la de los dos primeros kami, privilegiando la dualidad HI-KI, principios originarios del Fuego y del Agua.
"Si después de la invocación del nombre de estos tres kami, pronunciáis vuestro propio nombre como un "kami", entonces desarrollareis en vosotros el sentido de lo divino".
Juntando el gesto y la palabra, HIKITSUCHI Sensei nos muestra esta parte del Furitama en la cual el alma comunica con los dioses por el intermediario de la resonancia en uno mismo de su propio nombre. Ello genera, en la consciencia profunda una cierta forma de afirmación de uno mismo.
Una de las dificultades para el practicante del Aikido es hacerse a la idea del "dejar hacer", y aceptar que resuene en sí la vibración del nombre de un kami puede parecer algo completamente abstracto, lejos de sus posibilidades.
"El practicante de Aikido puede con un entrenamiento constante y sincero, provocar en él una integración de estos elementos mediante distintas purificaciones. Puede comprender que los kami a los que O'Sensei se refería constantemente, eran en realidad energías primordiales de la naturaleza dentro de la cual evolucionamos".
Pero O'Sensei recomendaba: "Poneos en el comienzo del Universo, proveed vuestro espíritu al principio del Cielo y la Tierra".
"Y sentiréis que algo ocurre en vosotros, la vida manifestada, la energía de los dioses que resuena en vosotros".
Este es el sentido de la enseñanza impartida por HIKITSUCHI Sensei durante muchos cursos en Francia, haciendo hincapié en el aspecto espiritual del Aikido.
"Soy sacerdote Shinto, dice, y no puedo hacer ejecutar un ejercicio así a los practicantes de Aikido que no se han preparado, que no conocen este aspecto indispensable a la forma de shinto".
"Sería vano e inútil realizar este ejercicio fuera de este contexto si queremos respetar la idea que acabo de trasmitir; la idea de que el Aikido de O'Sensei es un auténtico ejercicio espiritual y no sólo una simple técnica física de combate... Si ignoramos todo esto hacemos sólo Fukai Kokyu, una respiración física. No es malo en sí, ello puede preparar y calentar el cuerpo, pero se trata entonces sólo de un entreno físico para un Aikido físico. Se trata de una elección de cada uno".
En el Japón HIKITSUCHI Sensei lleva a cabo una misión de dar a conocer el Aikido de O'Sensei al mayor número posible de personas, haciendo demostraciones en los lugares más variados, cursos en las escuelas, salas municipales, en el recinto de los templos.
A veces HIKITSUCHI Sensei es invitado para que realice él sólo una demostración de sable y una ceremonia de purificación. Fue entonces, en la parte separada de una santuario, HIKITSUCHI Sensei, que es octavo dan de Iaido, ejecuta con el sable una impresionante serie de kata.
Esta es la vida de HIKITSUCHI Sensei, marcada por el ritmo de las distintas ceremonias según las estaciones, por las demostraciones, los viajes que lleva a cabo a lo largo de los años. La frontera del tiempo, como una constante de lo inmutable y lo no permanente, no existe ya entre lo que era hace más de 20 años en Shingu y lo que es hoy en día.
Pero algunos negros nubarrones aparecen en el horizonte de su vida y es a principios de 1.988 cuando estalla el trueno de una noticia alarmante.
Los médicos detectan a HIKITSUCHI Sensei el principio de una terrible enfermedad que le aflige y le hace adelgazar. Cada vez se siente con menos fuerzas para llevar a cabo sus actividades. Decide operarse durante el mes de agosto. A partir de este momento es como si el dojo entrase en tinieblas, en una especie de eclipse. Las personas están tristes y aunque los entrenamientos de Aikido siguen realizándose, falta el corazón.
Después de tres meses de convalecencia en el hospital de Osaka, Hikitsuchi Sensei vuelve a su casa para aprender a vivir casi como antes. Con gran sorpresa por parte de todos, retornara al entreno de Aikido a principios del año 1989, va recuperando fuerzas y todo parece ir bien.
Pero en octubre de 1989 aparecen nuevos síntomas inquietantes que hacen temer una nueva recaída. Pasan los primeros meses de 1.990, ha adelgazado mucho y su salud es preocupante. Durante el mes de junio los médicos no le dan más de tres días de vida si no se opera enseguida y durante 48 horas nadie puede decir si HIKITSUCHI Sensei pasará este trance y saldrá de la fase crítica.
Mientras tanto en Francia y Suiza los alumnos que han trabajado con él o en su dojo están al corriente de lo que ocurre y una gran oleada de buenos pensamientos y de deseos de un pronto restablecimiento le reconforta y sostiene desde lejos. Todos preguntan por él y piensan que la situación mejora.
Un mes después, a finales de julio, HIKITSUCHI Sensei se halla de nuevo en su dojo y vigila el entrenamiento de los franceses que realizan un curso en Shingu. Y todos constatan al cabo de un mes de la segunda operación, una mejora. HIKITSUCHI Sensei enseña otra vez y una nueva energía habita en el dojo, con el entusiasmo de los alumnos y de los veteranos del dojo.
En año 1.991, año del Carnero (signo del nacimiento de O'Sensei) ha empezado con buenos auspicios para HIKITSUCHI Sensei. A mediados de marzo, los miembros del Aikikai So Humbo dojo de Tokio le reciben y el 17 de marzo tiene lugar en el Nihon Budokan de Tokio, la 14º demostración de Kobudo Japonés, bajo el patrocinio de la asociación Nihon Budo Kyokaï, con la finalidad de dar a conocer y salvaguardar el Budo del Japón.
Durante este año 25 escuelas de los diferentes Budos actuales hacen demostraciones de su arte. Hay Judo, Karate-Do, Naginata, Sumo, Shorinji-Kempo, Kendo, Kyudo, etc. ...
Esta vez es el Aikido quien tiene un lugar revelante, con la presencia de HIKITSUCHI Michio Sensei, 10º dan de Aikido y shihan de su dojo en Shingu, "el Aikido Kumano Juku Dojo". Recibe un diploma y una condecoración de mano del Doshu Kisshomaru UESHIBA, hijo del Fundador del Aikido, por su especial contribución durante más de 50 años, para dar a conocer y propagar la enseñanza del Aikido en Japón y en el mundo.
Durante el mes de abril HIKITSUCHI Sensei se encuentra en plena forma y se prepara para celebrar la ceremonia Mitama Jaï que se desarrolla cada año el día 26 de abril desde 1.969 en el dojo de Shingu. Durante toda la ceremonia HIKITSUCHI Sensei está allí sentado en seiza y celebra cada parte con la recitación de los norito de purificación, la ofrenda de las ramas de sakaki, acabando con la lluvia de O-nusa sobre los participantes para atraer sobre cada uno de los presentes la benevolencia de los kami. La ceremonia de este año tiene un tinte especial, puesto que es el año de la esperanza, del retorno a la vida, de la vuelta a la enseñanza del Aikido. Para HIKITSUCHI Sensei todavía no ha terminado la misión de enseñar el Aikido de O'Sensei.
Tres días después de esta ceremonia le espera otro evento importante: es la muestra de Aikido que tiene lugar cada año en la misma época en el santuario de Hi No Miya "la Casa del Sol", cerca de Nagoya, en casa de ISOGAI Sohei Sensei, que cumple este año 91 años. Nacido con el siglo, ISOGAI Sensei es un personaje importante en Japón y en el mundo religioso.
HIKITSUCHI Sensei habla de él con mucho respeto y emoción: "conozco a ISOGAI Sensei desde hace muchos años. El mismo conocía hace tiempo a O'Sensei. Es un Maestro agradecido y reconocido en Japón. La gente viene desde lejos a su templo para que él realice su sello (hanko). Un hanko hecho por ISOGAI Sensei tiene un gran valor espiritual. Es un hombre que respeto muchísimo".
El templo santuario de ISOGAI Sensei se encuentra en la falda de la colina, en varios niveles y con diferentes partes. La parte alta está consagrada a las divinidades y se reserva a los sacerdotes e invitados de categoría. Allí se depositan las ofrendas para los dioses y se recitan las oraciones y las invocaciones a los kami, los norito. El mismo ISOGAI Sensei recita durante largo rato las oraciones destinadas a los dioses, donde los espíritus de las palabras comunican directamente con las divinidades.
La parte inferior del santuario, accesible a todos los visitantes del Japón, tiene una arquitectura de gran pureza, auténticamente japonesa, parecida al de los grandes santuarios de Ise dedicados a la Diosa del Sol. Está construido con la madera de los cipreses más puros y perfectos y las vigas y puertas decoradas con ornamentos de bronce dorado.
Este año, ISOGAI Sensei parece más encorvado por el paso de los años. Asiste, sentado en una esquina del santuario, a la demostración de Aikido que presenta HIKITSUCHI Sensei.
Es una demostración excepcional, puesto que durante tres años HIKITSUCHI Sensei no ha estado aquí, y hace tan sólo unos meses se encontraba todavía debilitado por la enfermedad y sin fuerzas para continuar el entrenamiento. Pero ahora, rodeado de todos sus deshi japoneses y extranjeros realizará una presentación extraordinaria.
HIKITSUCHI Sensei presenta a sus alumnos y la muestra puede empezar. Primero son los más jóvenes quienes realizan algunas técnicas. Luego vendrán los veteranos y cada uno participará según su nivel.
HIKITSUCHI Sensei explica detalladamente, al final, el origen del Aikido, su finalidad ilustrando sus explicaciones con gestos y ejecutando técnicas. La persona escogida para este momento, para hacer ukemi con él no debe desfallecer y debe estar disponible y atenta, porque todo va muy rápido y HIKITSUCHI Sensei llama con un gesto al que realizará con él la técnica, en un corto lapso de tiempo.
Sus alumnos de Francia, Suiza, Estados Unidos y Australia están allí y realizarán también una demostración del Aikido de O'Sensei, en este lugar sorprendente, en el cuadrado mágico del parquet de madera de cedro dorado del santuario de la Diosa del Sol.
Al final de la fiesta los alumnos probarán el sake, que les ofrece ISOGAI Sensei, después de abrir el tonel con ¡un sólo golpe de mazo! Es una gran hazaña, vista su edad. La fiesta se cierra con una danza sagrada, Kagura, ejecutada por los sirvientes del santuario, vestidos con la hakama azul celeste. Bailan lentamente y con solemnidad, al son de las ritmos pasados de moda de la música Gagaku.
Al caer la tarde, después de unas horas de tren, los aikidokas llegarán de nuevo a Shingu, donde encontrarán de nuevo el silencio del dojo. Cada uno ha podido, en el transcurso de la fiesta unificarse y ejercitarse con el entreno del cuerpo, para poder mostrar esta sinceridad característica del Pino, han podido sentir la energía del Aikido que empuja sin cesar hacia adelante, como el bambú, y con la nostalgia del momento fugaz que deja quizás un gusto de dulce amargo, parecido al de la Ciruela.
"Te lo he dado todo, Michio San,
Hoy te doy el 10º dan.
¡Agárrate!".
Morihei UESHIBA
La elección de O'Sensei Morihei UESHIBA es ante todo la elección del lugar, del alma y del corazón.
La elección del lugar, debido a que, por el hecho de haber nacido, O'Sensei se consideraba "Hijo de Kumano", ya que sus padres habían realizado varias peregrinaciones al Kumano Hongu de Taïsha, pidiendo el nacimiento de un hijo. Durante toda su vida O'Sensei ira a Kumano, para orar, entrenarse y practicar el Aikido, en el marco incomparable de los santuarios naturales, de árboles milenarios, donde los templos se entrelazan con el bosque, con su arquitectura de madera virgen.
O'Sensei, junto con HIKITSUCHI Sensei, podrá vivir plenamente lo que recomendará más tarde gracias a una comunión completa con la naturaleza y a un entrenamiento intensivo del Aikido y del Bo-Jutsu: "para comprender al Aikido hay que estudiar los antiguos textos del Kojiki".
Es cierto que en Japón la historia de los hombres no puede separarse de la de los dioses. La historia de las antiguas divinidades forma el Ko-Shinto o antiguo Shinto, situado antes de la introducción del Budismo (hacia 538 d. J.C.).
La filosofía del shinto antiguo se expresa en el Kojiki "Recopilación de las Cosas Antiguas", que va desde los orígenes hasta el año 628, y que ha sido recopilado por O No Yasumaro en 712 d. J.C.
Es la obra más antigua redactada en japonés y un valioso documento utilizado por sacerdotes y sabios para estudiar los principios metafísicos del Shinto.
Insiste básicamente en el reconocimiento de la armonía del universo y en la identidad del hombre y el universo.
Las búsquedas en torno a la mitología japonesa han puesto en evidencia huellas de influencia del Asia Continental, sobre todo en lo referente a los mitos cosmogónicos y ciertos mitólogos describen al personaje de la Diosa del Sol AMATERASU O MI KAMI, con trazos chamánicos.
"Entonces todas las divinidades celestes ordenaron a las dos divinidades IZANAGI NO MIKOTO y IZANAMI NO MIKOTO, que solidificarán el país que flota a la deriva... Les confiaron una alabarda celeste adornada de joyas..."
Las dos divinidades, de pie sobre el Celeste Puente Flotante, apuntaron la alabarda hacia abajo y batieron el agua salada... Y cuando la sacaron del agua, las gotas de agua cayeron de la punta de esta alabarda, se agitaron unas sobre otras y formaron las islas..."
Así nació Japón, asociado desde los orígenes de su historia a la historia mitológica de los dioses presentes, integrados en los elementos de la naturaleza.
Los árboles, las montañas, las rocas, las cascadas nacían de concepciones animistas. Las divinidades primordiales como IZANAGI NO MIKOTO y IZANAMI NO MIKOTO y luego la multitud de kami que derivan de ellas tendrán cualidades y poderes extraordinarios. Los árboles en especial, los más altos y venerables, más que milenarios, se considerarán árboles sagrados. Serán respetados, tanto por la fuerza espiritual que emanan de ellos cuando los hombres los designen, como por ser lugar de residencia de los dioses o kami.
Durante su vida O'Sensei realizará más de 150 peregrinaciones a la región de Kumano y a los templos de Hongu, acompañado por HIKITSUCHI Sensei. Se entrenaran juntos y practicaran el Aikido con esta dimensión excepcional dada por el carácter grandioso del lugar, con una búsqueda constante de la unidad y comunicación con las energías vitales de la gran naturaleza, dando lugar al nacimiento de un verdadero Aikido.
Hay un hecho en la vida de O'Sensei, una experiencia física y metafísica que repercutirá profundamente en su vida espiritual que será el fundamento de la creación del Aikido después de la guerra.
O'Sensei Morihei UESHIBA dice: "Durante la primavera de 1.925, mientras paseaba por el jardín, tuve de repente la impresión de que el universo temblaba y que un espíritu de oro surgía del suelo, envolvía mi cuerpo y lo transformaba en oro".
"En este instante, mi cuerpo y mi espíritu se aligeraron, comprendía el murmullo de los pájaros, y tuve una clara consciencia del espíritu de Dios, creador de este universo".
"En este momento recibí la iluminación, el Amor de Dios es la fuente del Budo, el Amor que protege a todos los seres. Lágrimas de alegría corrían por mis mejillas, sin poder pararlas".
"Desde este momento crece en mi el sentimiento de que toda la tierra es mi hogar que sol, luna y estrellas me pertenecen. Me siento liberado de todo deseo de tener una situación, de poder, de ser famoso, pero también de ser fuerte".
"Comprendí que el Budo no consiste en derribar al suelo al contrincante, que no es tampoco el instrumento a través del cual llevamos al mundo a la destrucción por las armas. El verdadero Budo es aceptar el Espíritu del Universo, mantener la paz en el mundo, engendrar, proteger y valorar todo lo que vive en la Naturaleza".
"Comprendí que la práctica del Budo consiste en recibir el Amor de Dios que engendra, proteger y valorar a todos los seres de la creación. A integrarlo y utilizarlo en su cuerpo y en su corazón".
O'Sensei Morihei UESHIBA era un hombre de combates y desafíos. Desafíos en la ventura de la tierra en Manchuria y, luego, desafíos a los hombres durante toda su vida de Budo, desafíos en los combates de hombre a hombre, de dojo a dojo.
Hay una cierta incredulidad frente a las extraordinarias facultades de O'Sensei entrenando, como una necesidad de comprobar sino podía ser vencido, cada vez, los que lo intentaron cuentan: "Quería intentar tocar el cuerpo de O'Sensei y siempre que creía poder hacerlo, ¡todo mi cuerpo volaba por los aires! No tengo ni la menor idea de cómo ocurría..."
Un discípulo de los últimos años recuerda: "Me había transformado en un grano de arena, era como si el cuerpo de O'Sensei me hubiese absorbido en el aire".
Todos cuentan y dan testimonio del mismo fenómeno, del absoluto poder de O'Sensei. HIKITSUCHI Sensei dice: "su técnica era como un viento fresco, una brisa de primavera. El Budo de Kaiso (el Fundador) era fresco y sin ataduras. Esto expresaba su estado anímico. Además, su poder era absoluto, y si uno le atacaba con ánimo enemigo, inmediatamente era vencido, traspasado por un rayo".
"Estoy seguro que Kaiso Morihei UESHIBA era como una encarnación divina, puesto que ha dedicado su vida a la búsqueda de una vía para ultimar el Budo Japonés. En él no hay ningún elemento brutal, como el agua que fluye sin estancarse. Me acuerdo de las palabras de Kaiso cuando me hablaba me decía: "Es como si un viento ligero atravesase mi cuerpo".
El Reverendo SOYABE del templo Kozanji en Tanabe recuerda: "Las técnicas enseñadas por O'Sensei eran sencillas y claras, o mejor dicho, enseñaba movimientos de base de manera bastante estricta. Podemos decir sin exagerar que toda su enseñanza se apoyaba y concentraba en el desarrollo de los movimientos de base".
Si O'Sensei era severo en la enseñanza de las técnicas de base, también lo era HIKITSUCHI Sensei enseñando Bo-Jutsu. La posición de pies y manos, el ángulo de los pies, su separación, la manera de avanzar, de desplazarse, todo ello era enseñado con precisión.
De vez en cuando, en el dojo de Shingu, HIKITSUCHI Sensei toma un boken o un bo y "ataca" al que realiza el kata. Pone de relieve la lógica de las conexiones que constituyen el kata. Pero siempre insiste en el hecho de que no hay que hacer kumite-jo, porque uno se acostumbre a esperar, y en Aikido NO HAY QUE ESPERAR.
HIKITSUCHI Sensei habla fácilmente de sus recuerdos de los entrenos con O'Sensei. Son momentos que viven todavía en la memoria del cuerpo y del corazón. Cuando habla de ellos, a menudo su mirada es interior. No ha olvidado ninguno de los momentos pasados al lado de O'Sensei.
A veces O'Sensei despertaba a sus discípulos a media noche para entrenar y practicar el ken. HIKITSUCHI Sensei cuenta: "Un día, en el mes de agosto de 1.957, hacia las 24 de la madrugada, O'Sensei me llamó al dojo. Allí estaba, sosteniendo un espléndido boken, regalo del doctor OKAWA Shimei. O'Sensei lo apreciaba mucho. Estaba allí, frente a él, sosteniendo un boken de madera de níspero, hecho por el propio O'Sensei. Entonces O'Sensei me dijo: "atácame cuando quieras si ves el momento oportuno".
"Después de muchos movimientos hubo un momento en que comprendí, por el sentimiento y por el sonido que algo me había ocurrido. ¡Había curvado el boken de O'Sensei!".
"Y entonces él me dijo: "¡Basta ya!". El boken de O'Sensei estaba roto, ¡un buen trozo de la punta! Empecé a buscar el trozo por todas partes, sin encontrarlo. De repente, O'Sensei me dijo: "¿qué buscas? ¿es eso? Y diciendo esto, saca del interior de su chaqueta el trozo de boken, que había tocado exactamente el sitio de su corazón!".
Este episodio de un entreno excepcional es todavía inexplicable, y a partir de esta experiencia HIKITSUCHI Sensei se entrenará todavía más intensamente, hasta alcanzar el nivel en el que O'Sensei le relevara el secreto de la enseñanza del Bo-Jutsu Masakatsu.
Durante este mismo mes de agosto de 1957 HIKITSUCHI Sensei recibe de manos de O'Sensei el pergamino (makimono) que le permitirá enseñar el Bo-Jutsu Masakatsu, como reconocimiento de su dominio de los secretos del Bo-Jutsu. En este pergamino, pintado por un famoso artista y que ilustra los últimos secretos del Arte de las Lanza, ha escrito O'Sensei inscripciones sobre las funciones del Bo-Jutsu Masakatsu.
Este documento extraordinario se llama "Bo-Jutsu Masakatsu Oku Hisaden". Engloba mediante dibujos y explicaciones los kata de Bo-Jutsu de O'Sensei. Los dibujos son de KANDA Masami y el texto redactado por el propio O'Sensei.
Pocas personas han visto este documento único. Cuando, en alguna ocasión especial, HIKITSUCHI Sensei los despliega con gran respeto y atención, es como mirar una gran tira dibujada donde están los secretos del Arte de las Lanza.
HIKITSUCHI Sensei enseña los kata de Bo-Jutsu, seis, a algunos de sus alumnos. O'Sensei creó estos kata, y sólo se enseña el primero, el kata de base. Cuando se asimila este primer kata es más fácil aprender los restantes. Algunos practicantes han tenido la suerte de recibir esta enseñanza, que requiere gran vigilancia y atención. Luego, hay que entrenarse sólo para repetir y desarrollar lo que el cuerpo ha recibido y comprendido de manera intuitiva.
Pocas personas tiene hoy en día altas graduaciones de Bo-Jutsu. Clint GEORGE en (U.S.A.) es 5º dan, igual que Gérard BLAIZE es 5º dan en Francia, y alguno de sus alumnos ha recibido algún grado en los entrenos de Shingu.
El año 1957 es un buen año para el entreno con O'Sensei. A los 40 años HIKITSUCHI Sensei se encuentra en plena forma y entrena intensamente con O'Sensei, su mirada es grave, hacia la lejanía, y ninguna sonrisa ilumina su cara. Es una época de rigor y de intensos esfuerzos en cada instante. Esta serenidad, esta intensidad en los entrenos, dan como resultado una especie de perfección en la ejecución y O'Sensei enseña a HIKITSUCHI Sensei el sho, chiku, bai no ken, el ken del Pino, del Bambú y de la Ciruela.
O'Sensei dio a su práctica del ken los nombres de sho, chiku, bai no ken, para hacer hincapié en las principales cualidades que todo practicante debe tener.
La del Sho o Pino representa la verdadera sinceridad. Para los japoneses la rama del pino no tiene dos caras sino una sola siempre la misma. Simboliza un carácter puro lleno de constancia.
La del Chiku o Bambú simboliza la flexibilidad y la fuerza, una energía que nada puede parar, que no se deja vencer por los dolores ni las agresiones de la vida.
Símbolo de la dulzura es Bai, la Ciruela, que da la noción del instante, de la eternidad debido a su sabor a la vez dulce y amargo.
Técnicamente el Sho Chiku Bai no Ken es sencillo. Consta de tres formas básicas que se mueven según un triángulo, desplazando los pies y las caderas. Como explica HIKITSUCHI Sensei, el sho chiku, bai no ken enseña la unidad porque sus movimientos se realizan en el momento en que la persona de enfrente piensa atacar. Así se crea el Saki no Saki, el estado del "ANTES DEL ANTES" en la acción.
En una entrevista reciente, Gerard BLAIZE, 6 º dan de Aikido y alumno directo de HIKITSUCHI Sensei, explicaba a Bernard MARTINO, autor de la serie "Los Cantos de lo Invisible" (retransmitido por Antena 2 en noviembre de 1990) como tuvo lugar su primer encuentro con HIKITSUCHI Sensei .
"Mi primera estancia en Shingu data ya de hace 14 años. Creo que lo que me atrajo al principio en el Aikido fue la belleza, pero no sentí que había detrás un fenómeno imperceptible que sólo podemos entrever. Cuando conocí a HIKITSUCHI Sensei tuve como una especie de respuesta que venía del cuerpo, de la técnica. En el Aikido la dimensión energética pasa siempre por la técnica".
"Un día, hicimos un pequeño combate, me dijo: "toma el boken", y él tomó el bo. Dos veces ocurrió algo extraño durante el combate su bo estaba encima de mi, se había terminado. Tenía la impresión de que algo me había tocado, paralizado..."
"Tuve el sentimiento durante este combate, donde nada se había decidido de antemano y que era libre, de que había sido aspirado. Era como si hubiese tomado mi ataque y un segundo después, todo había acabado".
"Si debiera definir a HIKITSUCHI Sensei en pocas palabras diría que es un hombre que da mucho pero no comete ninguna falta. Prefiere marcharse antes que actuar mal. Busca siempre la perfección, no quiere cometer errores ni en el plano de la técnica ni en la posición que ocupa. Si nota que algo no marcha bien, se marchará sin decir nada. Algunas veces se le puede considerar muy estricto, pero con el tiempo uno comprende que esta serenidad es debida a su deseo de actuar perfectamente según lo que ha recibido del Fundador de Aikido".
La vida de HIKITSUCHI Sensei no es un largo río tranquilo. Discípulo próximo de O'Sensei. Personaje fuera de lo común, tan profundamente Japonés, su vida entera, marcada por los duelos y el dolor de pruebas físicas y morales intensas. Cuando O'Sensei le dice al otorgarle el 10º dan: "¡Agárrate, Michio San! es con una premonición de las pruebas que deberá afrontar.
No es 10º dan el que quiere serlo. Es el resultado de los años pasados junto a O'Sensei, divididos entre momentos de intensa emoción pero también años de sacrificios. Durante todos estos años HIKITSUCHI Sensei estará siempre al lado de O'Sensei cada vez que vendrá a la región de Kumano. El hecho de estar cerca de él, seguirle en sus viajes, ayudarle a subir las escaleras del templo, todos estos detalles y atenciones enraizarán una relación de corazón a corazón, una manera simbiótica de recibir una verdadera educación.
El 9 de enero de 1969 (Showa 44), durante el último viaje a la región de Kumano que él tanto quería, O'Sensei convoca a 5 testigos, uno de ellos era el señor KUBOKATSU, el primero de sus fieles alumnos de Shingu. Dice entonces a HIKITSUCHI Sensei: "Michio San, te lo he dado todo, todo lo que sabía, hoy te doy el 10º dan ¡Agárrate!".
Con la voz llena de emoción HIKITSUCHI Sensei recuerda esos momentos como si hubiesen ocurrido ayer. "O'Sensei era para mi un maestro insustituible. Era también mi padre. Mientras vivía creí que había entre nosotros un profundo vínculo que debía existir ya antes de nacer. Cuando me acuerdo, me embarga una gran gratitud hacia O'Sensei. Nunca olvidaré estos momentos".
Tampoco podré olvidar las últimas horas vividas al lado de O'Sensei durante las últimas semanas de su vida en abril de 1969. Durante todo un mes, HIKITSUCHI Sensei estará al lado de su Maestro, ayudándole en las oraciones, cuidando de él en todo momento. El 25 de abril parece que O'Sensei se encuentra mejor, y tranquilizado, HIKITSUCHI Sensei regresa a su casa en Shingu.
Pero al día siguiente le llaman por teléfono desde el Hombu Dojo en Tokio para darle la noticia: O'Sensei ha marchado para reunirse con sus antepasados. Era el 26 de abril de 1969 a las 5 horas de la mañana.
Más allá de la muerte, la memoria de O'Sensei quedará viva en el Dojo de Shingu. HIKITSUCHI Sensei recibe un deposito sagrado: la barba y los cabellos de O'Sensei se conservarán en el mueble santuario del dojo. Y allí donde unos meses antes todavía se oía la voz y las plegarias de O'Sensei, se oficiará el 26 de junio una ceremonia con los sacerdotes de los santuarios de Kumano Hongu Taïsha y con la presencia de los representantes de los grandes santuarios de la región.
A partir de este momento y quizás en este único Dojo de Japón se celebrara el "Mitama Sai" en esta fecha aniversario. Ello permite a HIKITSUCHI Sensei y a los presentes renovar los lazos que les unen con el Fundador, a través de las oraciones y la memoria del corazón.
Poco antes de morir O'Sensei había dejado escrito en su testamento la misión de HIKITSUCHI Sensei: continuar con la enseñanza del Aikido, cuidar con solicitud el Nidaï Doshu y vigilar que los altos grados sean otorgados por su hijo Doshu Kisshomaru UESHIBA y por HIKITSUCHI Sensei.
"Michio San, tú eres como yo, has nacido para hacer Budo, sigue pues la vía del Budo toda tu vida. ¿No podrías crear un Dojo en Shingu?"
Al entrar en la provincia de Wakayama se entra en el territorio de los dioses que habitan los bosques, de los tengu errantes por las cimas de las montañas, de los kami con rostros de hombre.
Vista desde el cielo la cuidad de Shingu aparece como la punta de una lanza sumergiéndose en el Océano Pacífico y rodeada al este por las suave sinuosidades del Kumanogowa.
Al norte, los últimos contra fuertes de las montañas de Kumano mueren a pocos metros del mar. Dos grandes puentes de hierro unen la provincia de Wakayama con la provincia de Mie, al norte de Shingu. Son dos mundos diferentes, dos maneras de vivir, en el lado de la montaña, se cortan los árboles, que desciende los flancos de la montaña hasta el río. Al lado del mar se cultivan con amor los naranjos y los pomelos.
El río Kumano nace en el corazón de la cordillera primaria del Yamato y une sus aguas a las aguas frías y saladas del Pacifico. Sus aguas densas y poderosas, de un verde esmeralda han permitido durante cientos de años la tala de los árboles en los flancos de las montañas y el transporte por el río hasta su desembocadura, transformando el sudeste de la ciudad en el almacén de madera más grande e importante del Japón, esta madera se destinaba antes a la construcción de barcos.
Antaño eran los hombres quienes guiaban los inmensos troncos de los árboles en el recorrido sinuoso y peligroso del río, cabalgando desnudos sobre los troncos de color de tierra. Parecidos a demonios surgidos de la espuma. Llegaban a la orilla del río, al pie del viejo castillo y toda esta gente que vivía del trabajo de la madera pululaba allí, creando un nuevo barrio donde convivían las casas de té, de prostitutas, los templos y las pequeñas tiendas de mercaderías de todo.
Pero después de la guerra esta actividad se fue reduciendo progresivamente y la ruta 42 sólo ve pasar grandes maderadas de árboles muertos que atravesaban Shingu a gran velocidad.
El río Kumano está cortado hoy en día por presas hidroeléctricas situadas río arriba de Hongu, su caudal se ha reducido considerablemente, así como su cauce, empequeñecido por el limo de los aluviones. La altiva Kumanogowa sólo ofrece sus orillas a los tranquilos pescadores quienes, con el agua hasta los muslos, pescan grandes truchas.
La espina dorsal de Shingu es la carretera 42 que atraviesa la ciudad de punta a punta, cruza el puente y se estira remontando la costa al lado del mar en la dirección de Tanabe, Wakayama y más al norte todavía hasta Osaka. La carretera origina así una extraña separación, hay gentes que viven al pie de la montaña y hay gentes que viven junto al océano. Nadie mejor que el escritor NAKAGAMI Kenji, nativo de Shingu, ha recreado la atmósfera de las callejuelas de la ciudad, las casitas pegadas unas con otras y las gentes con el misterio de sus vidas.
Desde la Edad Media Shingu ha sido una etapa en el camino de los grandes santuarios. Tiene el mismo número de templos y santuarios que casas de té. La mayoría están adosadas al pie de la montaña, otras se hallan en pleno centro, disimuladas detrás de algún ginko biloba. De cara al mar, como un faro de piedra avanzando en la protuberancia de la montaña, se halla el Kamikura-San, el Almacén de los Dioses, donde se guardan las cosas antiguas.
Cuenta la leyenda que en la cima de la montaña todavía se pueden ver los restos de los geta de hierro de BENKEI el famoso monje, fiel compañero de MINAMOTO Yoshitsune en sus peregrinaciones hacia las montañas del norte. Años más tarde el hermano de Yoshitsune, MINAMOTO Yoritomo, primer Shôgun, regalará las 538 piedras talladas que forman los peldaños que permiten acceder a la montaña Kamikura-San. Durante este periodo, subir y bajar estos peldaños es un ejercicio físico y espiritual que se practica durante todo el año, a cualquier hora del día y de la noche, en invierno como en verano.
"Antes cuenta HIKITSUCHI Sensei, aquel que había hecho este ejercicio habría desarrollado un verdadero sexto sentido que le permitía avisar a la gente de la ciudad ante la inminencia de un terremoto. Naturalmente nadie le creyó, y ¡hubo muchos muertos!"
Detrás de una cortina de árboles gigantescos y pegado a la montaña, al lado del río, se encuentra el santuario Hayatama, fundado por el Emperador Keiko (de 70 a 130 d.c.). Este importante santuario de elegante arquitectura, pintado de brillante color rojo bermellón que caracteriza el estilo Gongen, acoge a numerosos kami descendientes de los kami primordiales IZANAGI y IZANAMI.
En el recinto del actual santuario se respeta todavía el lugar en el cual, en 1635, se levantaron 33 columnas de piedra para recordar a todo aquel que entraba la prohibición de matar a cualquier ser vivo en este perímetro. Las columnas siguen ahí, con su carácter de kami, junto a los cipreses milenarios rodeados de los shimenawa de paja de arroz.
Cerca del santuario se halla el dojo de Aikido de HIKITSUCHI Sensei, fundado bajo el impuso de O'Sensei. Es evidente el vínculo que existe entre los dos lugares cuando uno sabe la importancia que tenían para el corazón de O'Sensei, los kimano Sanzan, los tres santuarios de Kumano, Shingu, Hongu, Nachi. En época de fiestas o de eventos importantes O'Sensei y HIKITSUCHI Sensei han hecho demostraciones de Aikido y de Bo-Jutsu en el recinto del santuario, frente el honden de los dioses.
En 1990, durante el segundo año de la era HEISEI, "Paz y Concordia" Shingu es una ciudad aparentemente tranquila. Ha inspirado a escritores y artistas, incluido a cineastas como YANAGIMACHI Mitsuo, quien realizó una película filmada en le región de Kumano en 1984, en Owase, titulada "Los Fuegos de Himatsuri", inspirándose en un hecho dramático ocurrido en 1.980.
Pero el título de la película es también el nombre de una famosa fiesta celebrada en Shingu cada 6 de febrero. Es la fiesta de los Hombres Oto-Matsuri, puesto que sólo participan en ella los hombres y adolescentes. Es como una forma de iniciación muy especial. Esta antigua fiesta conmemora un hecho que salvó a la cuidad de Shingu en épocas del primer emperador JIMMU. Se desarrolla en la montaña Kamikura-San, donde se alza la roca sagrada GOTOBIKI.
Hallándose el emperador JIMMU en la región de Ise, con sus partisanos, los habitantes de Shingu habían querido avisarle para que no abordase cerca de Shingu. Para ello, subidos en el más alto promontorio, habían recorrido la montaña durante toda la noche, llevando antorchas encendidas, esta montaña era visible desde Ise. El Emperador, prevenido, comprendió el mensaje y no se acercó a Shingu. La fiesta actual conmemora este hecho histórico.
Una semana antes de la fiesta, los participantes se someten a una verdadera purificación, sólo comerán alimentos blancos, pescado, arroz, daikon (rábano blanco) y beberán agua de la montaña. El 6 de febrero, con el vestido blanco con capucha, los riñones ceñidos con el shimenawa de paja enrollado varias veces alrededor del vientre y calzados con sandalias de paja, los participantes se ponen en marcha hacia la montaña Kamikura San.
Allí tendrá lugar una extraordinaria fusión entre el hombre, la montaña y el fuego. Los hombres se diseminarán por toda la montaña llevando antorchas hechas de madera y papel, y recorren todos los caminos, incluso los más secretos, no hay ningún freno. El saké alimenta ahora el fuego interior de los hombres y durante toda la noche, hombres de cualquier edad y adolescentes, llevados por una loca carrera, se unirán a la divinidad de la montaña, con frenética embriaguez.
Por la mañana, cansados pero purificados, descenderán los 538 escalones de piedra habiendo conjurado todos los demonios. Se ha celebrado una vez más la Fiesta de los Hombres y todos pueden regresar a sus hogares, ebrios de saké y cansancio, esperando la próxima fiesta, el año próximo.
Desde la época HEIAN las cercanías de la montaña TANCHO, cerca del río, pertenecían al castillo, siendo uno de los lugares más importantes de la ciudad.
Allí, en un emplazamiento único, con vistas a la desembocadura del río, en la montaña y la provincia de Mie, se alzaba el castillo de OKIMI-JO (desde donde se ve el mar). Este castillo fortaleza se construyó a principios del siglo XVII bajo el impuso del señor ASANO Tadayoshi, que pasará a ser luego el señor del gobierno de Kumano en el feudo de Kishu, (Kishu-han) tras la celebre batalla de Sekigahara en 1600, que inicia la nueva era TOKUGAWA.
En 1615 el Bakufu (gobierno bajo la tienda) dará órdenes de suprimir castillos y fortalezas. Había orden de dejar "un sólo castillo por provincia" para debilitar el poder de los clanes y pacificar el país. Se desmantela pues el castillo de Shingu, se derriba la primera muralla y se colman los fosos.
Pero en 1619, los señores feudales necesitaban los castillos para poder defender sus minúsculos feudos y proteger su seguridad, con lo que se reconstruyen algunas partes del castillo. El señor ASANO deja la región. Le sucede el señor Mizuno, quién sigue construyendo.
En 1631 el castillo está terminado, es un castillo fortaleza como los que todavía pueden verse en Japón, siendo el más bello ejemplar el castillo de la "Garza blanca" en Himeji, el castillo "desde donde se ve el mar" se parece mucho a él. Los señores MIZUNO prosperan en un país pacificado, gobernado por los Shôgun TOKUGAWA es una época de firmeza para el Japón, que se repliega en sí mismo.
Con regularidad el señor de Shingu recibe tributos de las ciudades vecinas, especialmente la ciudad de los cazadores de ballenas, Taiji, es extremo de la península de Kii. Los mejores trozos de carne de ballena se mandaban a la corte nupcial de Kioto, el Shôgun residente en Edo, es Daimyo de Wakayama y por último el señor MIZUNO de Shingu, en señal de fidelidad.
Esta vida feudal se mantendrá sin cambios hasta mediados del siglo XIX. El periodo comprendido entre 1853 y 1868 marca el crepúsculo de los Bakufu y el fin de los Shôgunat de TOKUGAWA, el castillo de Shingu se desmantela y se abandona definitivamente a causa de la supresión de los feudos en el momento de la restauración MEIJI.
Sólo subsisten los contrafuertes de grandes bloques de granito elegantemente curvados. Los fosos se han colmado definitivamente, se han abandonado los edificios secundarios y se han bloqueado las aceras con bloques de granito.
La historia del castillo OKIMI-JO habrá durado 270 años, una generación de señores ASANO y diez generaciones de señores MIZUNO. Allí donde ahora juegan los niños y pasean las parejas se alzaba un altivo torreón.
Quedan sólo como testigos de tiempos pasados los cerezos y las glicinas que trepan con sus troncos retorcidos sobre las piedras desde hace tres generaciones. Queda también el pozo algunos peldaños gigantes labrados en el granito y recubiertos ahora por la vegetación.
Se ha creado recientemente un parque público allí donde se alzaba el torreón, y donde se oyen los gritos de los niños, el graznido de los cuervos y los ruidos de la ciudad.
Aquí el cuervo no es símbolo de tristeza o mal augurio, al contrario. En la región de Kumano se les respeta como auxiliares de los dioses. En los santuarios de Kumano hay un cuervo al que se venera de manera especial. Es un cuervo con tres patas, y parece ser que se le apareció el emperador JIMMU para guiarle en su camino en las montañas hasta el corazón de Yamato.
Algunos estudios ven en el mito del cuervo con tres patas, "YATAGARASU", una transposición del mito solar de la diosa MATERASU O KAMI. Se cual sea la leyenda, el cuervo con tres patas es venerado en todos los santuarios de Kumano, especialmente en los de Hongu y Nachi.
En el santuario de Nachi, el primer día del año, un sacerdote tocado con el "Yatagarasu-Bô" representando la forma esquematizada de un cuervo, lleva el agua de la cascada de Nachi (Nachi-Taki), las oraciones que pronuncia entonces son esotéricas y las conocen tan sólo algunos sacerdotes.
En el santuario de Kumano Hongu Taïsha, durante los primeros días de Enero se celebra el Hôin-Shinji se lleva al santuario un dibujo representando el "YATAGARASU" y se distribuye copias de este dibujo por toda la región. Poseer y contemplar este dibujo dará suerte y protección al que lo guarde con él, creando un vínculo con la divinidad.
La historia del santuario de Kumano en Hongu es bastante especial. Está unida a la historia del río Kumano. El emperador JUJIN reinó desde 98 hasta el 30 antes de la era cristiana. Recibió más tarde el apodo de "MEIJI de su época", debido a su gobierno perspicaz en el terreno económico y social, así como en el religioso, había decidido acordar un lugar preponderante a los kami terrestres en detrimento de los kami celestes. Para ello fundó el santuario de Kumano ni Jinja, Hongu Taïsha, donde se veneraba a SUSANO O KAMI el turbulento hermano de la Diosa del Sol, AMATERASU O MI KAMI.
Podemos contemplar todavía el primer santuario de Kumano Hongu a orillas del río, rodeado de aluviones y como perdido en el centro de una isla arenosa, con pequeños santuarios secundarios, presentes todavía y venerados en medio de un extraordinario decorado de cerezos guardado por las culebras, silenciosas guardianes del templo deslizándose sobre las piedras.
Subir hasta el nuevo santuario de Kumano Hongu, reconstruido en la colina, a salvo de las inundaciones y las turbulencias del río, produce un momento de emoción y gran esfuerzo. Para llagar hasta él hay que subir las casi 100 escaleras de granito de una empinada cuesta bordeada de árboles majestuosos y con los estandartes de los donantes de aquel año. HIKITSUCHI Sensei va siempre el santuario de Kumano a principios de enero para ofrecer un estandarte a las divinidades del lugar.
Cuando se llega a la cima se ve de golpe, en el eje de las escaleras, el tori de la entrada vestida de blanco y con el símbolo del crisantemo imperial en el centro.
El primero de los tres edificios principales esta consagrado a la pareja de los kami creadores AZANAGI y IZANAMI, y los otros dos a la Diosa del SOL AMATERASU O MI KAMI y a su hermano SUSANO O MI KAMI. Los tres tienen una poderosa arquitectura de gran elegancia. La madera es de gran belleza con el aspecto aterciopelado de los techos hechos con planchas de madera de cryptomérias, prensadas con su grosor de más de 30 cm, los visitantes y peregrinos admiran su perfecta armonía.
Es un lugar sagrado en Japón, fuera del tiempo y del espacio, situada lejos de los lugares turísticos. Estos santuarios acogen todo el Año la visita de peregrinos, turistas, ceremonias, son lugares vivos, recorridos por el soplo de los dioses, vigilados y cuidados por jóvenes doncellas vestidas con el hakama rojo, con largas cabelleras trenzadas con cintas. Ellas acogen y reciben a los turistas, bajo la mirada atenta de los "guji" (sacerdotes).
A mediados de agosto hay las peregrinaciones de verano. La montaña alrededor de los santuarios resuena con el sonido de las conchas marinas. Los Yamabushi, "Ascetas de la Montaña" están allí y pasan como un cortejo de hormigas laboriosas para ir a los lugares de peregrinación en las montañas de Yoshino y de Ominé, parándose en los tres santuarios de Kumano Sanzan. Harán los gestos rituales del Budismo esotérico, con una particular veneración en el honden dedicado a los dioses, recitando los sûtras más lejos, en la sala del Buda.
La cohabitación del Sintoísmo y del Budismo es un fenómeno natural que se da comúnmente en todos los sitios sagrados del Japón desde el comienzo de los tiempos históricos. Desde la época Heian los japoneses han reunido y armonizado las creencias. Los poderes sobrenaturales atribuidos al poder de los kami, las prácticas ascéticas y purificadoras que permitían adquirir estos poderes, conjurar el mal de ojo, curar los enfermos y las capacidades extraordinarias para el manejo de las armas ha hecho que esta región sea especialmente favorable a los guerreros y Samurais.
Los adeptos del Shugendo, los Yamabushi que seguían las doctrinas de las sectas del Budismo esotérico, Shingon (KOBO DAISHI) o Tendai (DENGYO DAISHI) se ejercitaban en diferentes disciplinas para alcanzar la misma meta. La esencia del Buda se encuentra en todas partes. Especialmente en el hombre, quién podrá desprender la esencia a través de una vida de prácticas ascéticas, con un entrenamiento riguroso buscando la perfección física y espiritual.
Tan sólo la montaña puede dar este alimento al hombre hambriento de perfección. Las montañas de Yoshino y de Ominé, al nordeste del triángulo de oro formado por los "Kumano Sanzan" son la imagen de un mandala perfecto donde viven el Conocimiento y los Misterios.
Nos sentimos transportados hacia otros tiempos cuando vemos a estos hombres vestidos como en la época HEIAN, con sus túnicas blancas adornadas con grandes pompones de colores según las jerarquías y el simbolismo de los cinco elementos, con una piel de lobo sobre los hombros y calzados con sandalias de paja. Pero retornamos al presente, una vez finalizadas las plegarias y los rituales de los Yamabushi, quienes van a seguir su peregrinación, ya no andando como sus antepasados sino en un autocar ¡con aire acondicionado!
Esta casta de grandes santuarios de Kumano es quizás la más importante en Japón. En ellos se estableció la relación entre los descendientes de IZANAGI y IZANAMI, pareja de kami primordiales, de la Diosa del Sol AMATERASU y del primer emperador JIMMU hasta la extirpe imperial actual.
El emperador JIMMU (Fundador del Imperio Japonés en 660 a.C., según las fechas japonesas tradicionales) durante su conquista del Japón viniendo de la región de Kyushu hizo una campaña hacia el este y se propuso penetrar en el Yamato remontando hacia la región de los montes de Yoshino, en el corazón del Yamato.
Pacificó la región con la ayuda de los dioses y de su ejército. Con la ayuda de su espada divina FUTSU NO MITAMA, se abrió paso entre los "kami violentos" de la montaña de Kumano y los mató a todos. Un poema guerrero de victoria se elevó: "como el guijarro que se mueve sobre las rocas en el mar de Ise, allí Buda sopla el viento divino, así, arrastrándose, acabamos por vencerles..." La historia conserva el mausoleo de este emperador, mitad hombre, mitad dios, del cual cuenta la leyenda que murió a los 137 años de edad, dejando numerosos descendientes.
En estos lugares sagrados se siente la respiración de la montaña y los vínculos profundos que unen el hombre y la naturaleza desde tiempos remotos, así como la imperiosa necesidad de renovación que lleva el hombre hacia la montaña.
Hay un lugar especialmente sensible, situado en el corazón del triángulo de oro de los Kumano Sanzan, es el monte TAMAKI, donde hay un conjunto de pequeños santuarios consagrados a IZANAGI y IZANAMI. Hay que realizar una gran caminata en medio de pinos y criptomerias gigantes para descubrir en lo alto un silencio de catedral. Es el santuario natural más viejo del mundo. Hay allí criptomerias tres veces milenarias, pilares sagrados que llegan hasta el cielo y en el suelo, una geometría de piedras redondeadas y blancas señalan el lugar de los dioses sobre la tierra.
Para los practicantes de Aikido es éste un lugar de peregrinación. A O'Sensei le gustaba visitar este santuario cada vez que iba a la región de Kumano, allí se entrenaba y practicaba el Aikido con HIKITSUCHI Sensei con la intensidad que proporciona una relación profunda con la naturaleza.
Hoy en día es HIKITSUCHI Sensei quien acompaña y guía a sus alumnos japoneses o extranjeros a una marcha por la montaña. Así descubren poco a poco, al llegar arriba, los árboles más venerables y más altos del Japón, hacen falta veinte personas dándose las manos para rodear el más anciano, sintiendo al mismo tiempo el contacto con la corteza tres veces milenarias.
Una parada en el pabellón destinado a los visitantes y peregrinos permite admirar los paneles pintados en las puertas correderas, que hacen soñar en la penumbra, con el juego de sombras de las hojas de oro, las ramas de los pinos y el vuelo de las grullas blancas, en una época más antigua, donde nadie se hubiese sorprendido si hubiesen surgido personajes míticos o héroes de leyenda.
"El maestro no solicita jamás al discípulo,
y éste tampoco solicita jamás al maestro.
El simple deseo de aprender no basta, puesto
que el discípulo no tiene idea de lo que debe aprender".
Carlos CASTAÑEDA
1.990 en el ceñir de los años del Dragón, la llegada a Shingu se hace la mayoría de las veces durante la noche, desde Tokio hay un trayecto de dos horas en un tren de gran velocidad. Luego, y durante cuatro horas, uno se traquetea en un tren que parece salir de una película de MIZOGUCHI, lleno de hombres completamente absortos en la lectura de cómics o aturdidos por todas ¡las cervezas tomadas! Las mujeres y los niños duermen, y de vez en cuando un vocecita infantil saca de su sopor a los sedientos viajeros: "o-biru, o-sake, o-bento, kôhî, o-miyage..." la pequeña vendedora empuja su carrito lleno de lo indispensable y los superfluo, recorriendo el tren de cabo a rabo.
Tomar el tren hacia Shingu es entrar en una especie de esclusa de descompresión que permite pasar con suavidad de la gran megápolis hipertrofiada que es Tokio a este punto minúsculo al final de la península de Kii, como una cavidad profunda que hubiese olvidado el siglo y que el siglo hubiese olvidado, tan lejos de la carretera de Tokaïdo, oprimida entre los contrafuertes del Yamato y la franja de un océano despiadado.
A las 5 h. de la mañana sólo una pequeña franja violácea señala el este. El frotamiento ronco de los geta de madera sobre el suelo asfaltado es la señal de que los últimos clientes salen de los bares y regresan a sus casas como nocturnas e indecisas mariposas. En las callejuelas se oye el chirriar de los fusuma correderas movidas por las manos de las mujeres, se pliegan los futones y se empieza a asar el pescado para la primera comida del día.
A las 6 h.30 de la mañana, al pie de la montaña, en el perímetro sagrado del Hayatama Jinja, el día empieza con otro sonido, con otras vibraciones. El Aikido Kumano Dojo se despierta.
Ei ho, ei ho, este es el sonido que cada mañana despierta a los habitantes de las casas contiguas al dojo. Cada mañana desde hace 38 años el mismo ritual reúne a los practicantes de Aikido en un Torifuné poderoso. Preparándoles para un intenso entreno. Durante todo el año, seis días a la semana, es aquí y en ninguna otra parte que empieza un momento importante en la vida del dojo: el entreno de la mañana.
Por supuesto, para estar bien despierto y consciente de lo que pasa hay que levantarse a las 5h30, salir del futón, vestirse y ponerse manos a la obra. Empieza el "calentamiento" abrir las ventanas, sacar el polvo, barrer, limpiar los lavabos, etc. ...
Son los alumnos del Dojo los que se hacen cargo de la limpieza y de que el dojo esté en condiciones de meticulosa limpieza. Ello forma parte del entreno. Hay una tarea especialmente reservada a los alumnos veteranos: es cuidar el despacho de HIKITSUCHI Sensei, sin olvidarse de llamar discretamente a la puerta antes de entrar: no está el lugar habitado siempre por el espíritu de los dioses? Una inmensa foto de O'Sensei ocupa el fondo, presencia venerada aquí como un kami.
Cuando cada uno ha realizado sus tareas, empieza el calentamiento de la cabeza, muñecas, rodillas, en silencio, un poco como adormilados. Un ligero chirrido vuelve a aguzar la atención detrás de los estudiantes, de espaldas a la puerta aparece una silueta en el rectángulo de luz matinal " o-hayô goizamasu", HIKITSUCHI Sensei entra en el dojo como un blanco relámpago. El silencio cambia de tonalidad, puntuado por el suave deslizarse de los tabi blancos del Maestro.
¿Qué es explicar un entreno? Es un pedazo de vida, un momento de eternidad en el dojo, donde todo es como hace 20 años. Antes de comenzar el entreno HIKITSUCHI Sensei ha ido a su despacho, llamando antes de entrar y hace su saludo matinal delante de la gran foto de O'Sensei que ocupa todo el fondo del tokonoma. Esta mañana HIKITSUCHI Sensei hará una oración especial en el dojo. Va a dar las gracias a los dioses por haber permitido que un nuevo estudiante extranjero tuviese un buen viaje y una buena llegada, esta es la costumbre para todos aquellos que vienen de lejos: agradecer a los dioses y dialogar con O'Sensei para presentarle el recién llegado.
Pero aquí no es discípulo quien quiere. Recibir las enseñanzas de HIKITSUCHI Sensei no es cosa fácil. Puede costar mucho tiempo llegar a beneficiarse de estas enseñanzas, emanación del Aikido de O'Sensei. Llegar a comprender lo que aquí se enseña es ante todo un "Asunto del Corazón", una relación del alma y el corazón con el espíritu del Fundador del Aikido, O'Sensei Morihei UESHIBA.
SHOWA 47, han pasado ya veinte años desde que se construyó el primer dojo, que es ya demasiado pequeño, puesto que el número de practicantes en Shingu aumenta cada año. HIKITSUCHI Sensei decide que ha llegado el momento de ampliar y transformar el dojo.
El primer dojo era muy largo a causa de la exigüidad del terreno, con pequeñas casas de madera pegadas a él, se le añade un anexo en longitud con 100 tatamis y un primer piso con 31 tatamis, se respeta la estructura original de madera y se conservan las separaciones de pino y las ventanas correderas, así como el gran mueble con dos batientes de pino dorado que conserva, desde 1969, los recuerdos de O'Sensei y que se guarda como un relicario.
Se entra al dojo por la calle y un cartel anuncia con orgullo "Aikido WORLD DOJO". El dojo lleva bien su nombre puesto que vienen a él estudiantes llegados de todo el mundo. Vienen a entrenarse por algunas semanas, pero algunos se quedan más tiempo, se instalan en Shingu y fundan una familia.
Con la inauguración de este nuevo dojo y la relación de HIKITSUCHI Sensei con el mundo occidental se inicia una nueva generación de estudiantes, con chicos altos y desgarbados y muchachas de largos cabellos y ojos claros.
HIKITSUCHI Sensei marcha a Estados Unidos en una gira de un mes para dar cursos. Le invita la Universidad de California, en Santa Cruz. El 26 de mayo 1.974 festejará el Mitama-Saï para O'Sensei en territorio americano. Aquí nadie ha asistido nunca a la ceremonia oficiada por HIKITSUCHI Sensei, quién por su parte la celebra cada mes en su dojo, sin desfallecer, desde que desapareció O'Sensei el 26 de abril de 1969. Esta ceremonia es la ocasión para renovar los vínculos espirituales con el Fundador.
HIKITSUCHI Sensei no ha venido sólo, le acompaña un grupo de japoneses y especialmente una personalidad en el mundo religioso, ISOGAI Sohei Sensei, de 74 años y que ha compartido siempre los grandes momentos en la vida de HIKITSUCHI Sensei.
También está la familia MATSUDA, con MATSUDA Masahiro. El vendrá a Europa en 1984, y acompaña ahora a su madre MATSUDA Guji Sama, sacerdotisa del santuario de Kumano en el Yamaguchi-Ken.
Esta mujercita de mirada tranquila y extraordinaria sonrisa está aquí, muy atenta, al lado de HIKITSUCHI Sensei. Sus dones de curación y su carisma atraen hacia su templo a muchos visitantes y peregrinos que vienen durante todo el año por las fiestas, la familia MATSUDA estará también presente en la importante muestra de Aikido que hizo HIKITSUCHI Sensei ante Jimmy Carter, antiguo Presidente de Estados Unidos, y su familia.
Los contactos cada vez más frecuentes con el mundo occidental le proporcionan mayor audiencia y desarrollo para su arte. Una nueva época de encuentros y descubrimientos hacen que el dojo de Shingu sea un lugar vivo para el Aikido.
Todavía desconocido en Europa, HIKITSUCHI Sensei en mayo de 1984 es invitado por su discípulo en Francia, Gerard BLAIZE con la ayuda de Peter SHAPIRO, viene a París para un curso de cuatro días. Serán cuatro días de prácticas intensas, y más de uno se sentirá conmocionado en sus prácticas y costumbres.
La mañana del primer día los estudiantes que aguardan alineados en seiza, ven llegar a un hombre enteramente vestido de blanco. Hakama, tabi, abanico, todo es blanco. Después de hacer una profunda reverencia delante del Kamiza con una gran caligrafía "AIKIDO", hecha algunos días antes a la atención de Gerard Blaize, HIKITSUCHI Sensei deposita ante ella dos pequeñas fotografías: una es un retrato de O'Sensei, la otra la cara de un niño. Se sabrá luego que es el hijo de HIKITSUCHI Sensei, desaparecido hace algunos años.
HIKITSUCHI Sensei ha pedido que se retirasen de la sala las fotos de otros budo durante el entreno. Esto puede parecer raro, pero en un dojo dedicado al Aikido, aunque sea sólo durante un seminario, no pueden haber otras fotos o representaciones que las consagradas a este arte.
Después del saludo su discípulo, intérprete americano Peter SHAPIRO presentara a HIKITSUCHI Sensei a los participantes. Hablará de su vida y de su presencia al lado de O'Sensei durante 40 años. Presenta también a los que le acompañan durante este primer viaje a Europa.
MATSUDA Masahiro es un hombre jovial y sonriente, sacerdote de un templo de Kumano, SHIBA Shinichi, estudiante de Aikido en Hongu, se encarga de realizar un vídeo del viaje, Clint GEORGE es el fiel discípulo americano.
Cuando uno observa el rostro de HIKITSUCHI Sensei durante este primer contacto con los practicantes franceses ve reflejarse en él todas las expresiones, desde la más satisfecha a la más infantil, con mirada dura y su penetrante, "mirada de sable". Una mirada que no ha cambiado desde que estaba al lado de O'Sensei. Tiene el pelo corto, recio y negro, manos firmes con fuertes muñecas. Caderas bajas que le caracteriza desde lejos con un andar elástico.
Durante este corto espacio de tiempo, pues cuatro días pasan rápido, los practicantes realizarán un entreno al que no están acostumbrados. Será sobre todo la preparación a la reunión con el Ki del Universo mediante el ejercicio de Torifuné "atraer la tierra, empujar la tierra", con tres momentos intensos aparejados con el Furitama, la sacudida de los espíritus vitales mediante la invocación del nombre de algunos kami. La vibración de este nombre llama a la energía para penetrar "en el corazón del cuerpo".
HIKITSUCHI Sensei despliega una inagotable energía durante este curso. Enseña la técnica, habla de Aikido, para él todo parece tan sencillo... pero, un sólo gesto, un sólo movimiento, y todo acaba para el otro, que cae sin dificultad envuelto en un torbellino de energía.
Para los principiantes HIKITSUCHI Sensei muestra y corrige con infinita dulzura y paciencia, aunque el neófito no comprenda el movimiento, si hace falta lo repite tres o cuatro veces, y hace ukemi siendo con los más inexpertos.
Cuando, en un momento dado, los estudiantes empiezan a cansarse, cuando los cuerpos se endurecen y aparecen tensiones, entonces para el curso diciendo que no va bien.
HIKITSUCHI Sensei prefiere hablar un poco para ayudar a los practicantes para que comprendan lo que ocurre: " lo que cuenta, dice, no es la técnica, sino el corazón. El Ki viene del alma, es un regalo de los dioses. El contrincante es como vosotros, tratadlo con amor, hallaos a través suyo", "no hay adversario, no vayáis hacia él con males intenciones".
"La enseñanza es la idea de Ai, de unión y cortesía hacia el otro. En las competiciones se trata de escoger un campeón, es una diversión, ganar o perder, ¿qué queda luego?".
El curso continúa y el lunes, durante un descanso un estudiante pregunta HIKITSUCHI Sensei; "Maestro, ¿podemos practicar varios budo al mismo tiempo?".
"En un principio no, mi Aikido es suficiente para llenar toda una vida. Pero si sientes que eso es bueno para ti, hazlo".
El tercer día hay un momento difícil, los cuerpos están cansados y las tensiones y crispaciones dificultan las caídas. Pero HIKITSUCHI Sensei sigue en plena forma, incansable, y prosigue el estudio de ikkyo, nikkyo, sankyo, irimi-nage, etc. ...
Una noche un visitante ilustre, TAMURA Nobuyoshi Sensei, 8º dan y experto de la Federación Francesa de Aikido y budo, viene para visitar y saludar a HIKITSUCHI Sensei, hablan durante largas horas. Será un momento en la vida de la gran familia Aikido.
Al final del curso hay una pausa para compartir un momento de "Ruegos y Preguntas", hay una pregunta sobre el Ki que se plantea a menudo, sobre los orígenes del Ki.
"¿El origen del Ki?, responde. El Ki viene del alma. En el Aikido no hay que someterse al Ki del compañero, él es como vosotros, normalmente se piensa que el Aikido es someterse al Ki de otro, pero es ¡falso!".
"No hay que someterse a otro Ki, sólo al Ki del Universo, la gran Naturaleza sabe unirse al Ki del Aikidoka. ¡Esto es Aikido!".
HIKITSUCHI Sensei recuerda entonces su filiación espiritual con O'Sensei y cómo comunicaba con él en todo momento, de alma a alma.
Después de París hay un curso de dos días organizado en Toulouse, en el Gimnasio Colommiers, con la misma intensidad y concentración HIKITSUCHI Sensei lo supervisa todo, y corrige a cada uno.
Igual que en París, cuando HIKITSUCHI Sensei se presenta ante aquellos que no le conocen, habla un buen rato. Como preludio se recuerda lo dicho en París: "El espíritu de O'Sensei me ha dicho de venir a enseñar el Aikido en Francia. Es la primera vez que nos vemos, he venido para entrenarme con vosotros".
"He estudiado durante 40 años al lado de O'Sensei. Me he empapado pues de sus enseñanzas. El lugar donde vivo está cerca del lugar en el que descansa O'Sensei. He empezado el budo a los 9 años y no he parado desde entonces".
"El Aikido está íntimamente ligado al antiguo Shinto, es una expresión directa del Kojiki".
"No se trata de ganar a alguien. El Aikido es sacar de su corazón la idea de combatir contra alguien, sacar incluso la noción de adversario, y considerarse todos miembros de una misma familia. Así es como nacerá el concepto de unión".
"En el concepto de Ai hay una sinceridad de amor filial. Debemos encontrar esta sinceridad en el Budo. Allí, toda la vida está en cuestión. No hay dudas ni segundo intento. Hace falta esa autenticidad se haga lo que se haga para que nazca una nueva personalidad. Pero si preguntamos a alguien: "¿cómo estás?" hace falta que esta salga del corazón, las palabras son importantes. Con una sola palabra se puede dar o quitar la vida. En el entreno la sinceridad es necesaria".
"Podéis relajaros en las piernas. Pero nunca en el corazón, ¿Qué entreno quisiera practicar ahora? Pues que mejore el entendimiento entre aquellos que os rodean, incluso hasta la gente importante".
"No hay que pelear, no hay que impedir el movimiento del compañero, hay que dejar fluir el Ki... pero puede ser muy fuerte. Cuando se practica con sinceridad nada puede alcanzarnos, es como si toda la vida estuviese en cuestión".
"Lo que os muestro es la culminación de las técnicas elaboradas por O'Sensei y voy a intentar en estos dos días retransmitiros los que he recibido de O'Sensei.
Diciendo esto HIKITSUCHI Sensei muestra lentamente Kokyu-nage, irimi-nage, y de repente más rápido, más fuerte, sin mirar a su compañero, quién cae al suelo, siendo incapaz de levantarse, inmovilizado por la presión del Ki.
Estos cursos en Francia impresionan a los practicantes pero también a HIKITSUCHI Sensei, quien decide volver cada año. Algunos están no sólo impresionados sino transpuestos en su práctica y preparados para ponerse en cuestión y descubrir otra dimensión del Aikido.
Esta capacidad para transformar las relaciones entre la gente tiene mucho que ver con la manera de enseñar de HIKITSUCHI Sensei en un curso de "masas", se programan los cursos en cuatro días intensos durante los cuales se establece gracias a la enseñanza precisa y atenta de HIKITSUCHI Sensei, un cambio en la calidad de relación entre las personas. Al finalizar el curso hay una gran fuerza energética, y en ella veteranos y principiantes descubren un entreno de Aikido desconocido por ellos hasta ahora.
Gérard BLAIZE ha dicho, expresando sus sentimientos sobre estos cursos: "Comprender el mensaje de paz del Fundador es fundamental. Las oraciones que hace HIKITSUCHI Sensei al inicio de cada curso, sus vibraciones, hacen que cada uno, al finalizar el seminario, pueda fácilmente sentir que hay una energía que circula entre los participantes del grupo, y ello hace que al cabo de tres o cuatro días todos sean "Uno".
El primer viaje de HIKITSUCHI Sensei a Francia terminará en Bâle, Suiza, con el mismo éxito. Antes de marchar los participantes quieren saludar al Maestro y darle las gracias. Hay una larga fila espera, un largo desfile, los que pueden darle un apretón de manos no se sorprenden al ver sus ojos humedecer con sinceras emoción. Unos y otros prometen volver a entrenarse par practicar juntos el Aikido de O'Sensei.
Antes de volver al Japón HIKITSUCHI Sensei desea visitar el castillo Versalles.
Entre la multitud de turistas japoneses que invaden el castillo, con sus videos y cámaras al cuello, HIKITSUCHI Sensei es seguramente el único que se pasea sin máquina fotográfica. Sólo lleva en sus manos las fotos de su hijo y de O'Sensei para que visiten con él el castillo, compartiendo con ellos su emoción ante la belleza del lugar.
El 22 de mayo, antes de regresar, habla largo rato con Gérard BLAIZE, como si quisiera todavía dar y seguir enseñando. Su mirada se dirige ya hacia el Este. Pero tiene todavía ¡tanto que decir!. Minutos antes de tomar el avión le habla del significado simbólico del Pino, del Bambú y de la Ciruela, muy importantes para él.
"El Pino, como una única cara constante sin Ura ni Omote, sin aperturas, ser entero frente al adversario. HIKITSUCHI Sensei dice que hay que ser el mismo como un niño de 8 años o como un hombre de 80".
"El Bambú es flexible y se adapta a cualquier situación, sin que nada lo frene es la única planta que crece y avanza sin limites".
"La ciruela tiene un sabor delicioso, amargo, fugaz, dando idea de instante, eternidad, del momento que pasa sin retorno".
HIKITSUCHI Sensei es inagotable hablando de O'Sensei, tanto llena éste su vida y su corazón, cualquier hecho sirve de pretexto para contar una anécdota, una emoción.
La noche antes del regreso al Japón HIKITSUCHI Sensei, a pesar del cansancio de los tres cursos, se encuentra en plena forma, y hablará hasta las 2h. de la madrugada. En una revista de Artes Marciales ha visto una foto de O'Sensei, tomada en la cima de una montaña volcánica. O'Sensei hace el norito, con la mano unidas hacia el cielo. Era durante el único viaje hecho por O'Sensei fuera del Japón, Hawai, en 1961.
"Mucha gente venía para saludar a O'Sensei los hombres le saludaban a la japonesa, inclinándose con respeto, pero las mujeres que tenían ganas de tocarle y expresar su simpatía, aprovechaban el momento en el que O'Sensei se inclinaba ligeramente y le daban un beso festivo ¡en la frente!".
En el andén de la Estación del Este, mientras espera el tren que ha de llevarle hasta Bâle, HIKITSUCHI Sensei recuerda cómo viajaba O'Sensei: "cuando O'Sensei tenía que coger el tren para ir a una demostración siempre llegaba al menos una hora antes y decía: "hay que estar siempre a punto, hay que recoger la energía para estar listo para actuar, aunque sólo sea para tomar el tren".
HIKITSUCHI Sensei vendrá, de 1984 a 1987, una vez al año a Francia, profundizará cada vez un poco más la relación entre los participantes desarrollando su sensibilidad para una práctica excepcional del Aikido.
HIKITSUCHI Sensei ya conoce ahora a los estudiantes franceses y extranjeros que se han entrenado con él durante 4 años. Surge para él una pregunta sobre la práctica del Aikido en el mundo, y porque algunos de los estudiantes más antiguos han perdido las ganas de entrenar y de practicar.
"Una de las razones, constata HIKITSUCHI Sensei, es que a veces se practica el Aikido de manera errónea, y los practicantes creen estar en una relación de confrontación, es por ello que ya no tienen ganas de practicar, aunque lo hayan hecho durante10 o 15 años y obtenido el 2º o 3º dan, se han entrenado con entusiasmo, han recibido sus diplomas pero han perdido poco a poco las ganas de practicar. Quizás algunos, después de asistir a mis cursos tendrá ganas de volver a empezar".
"Vengo aquí para corregir la actitud de los practicantes. Reconstruyó la verdad del Aikido, hace ya 4 años que vengo aquí y hace 10 años también había reconstruido y renovado alguna cosa en Estados Unidos. Allí explique lo que es el Aikido de O'Sensei. Las personas han visto y oído, y quizás algunas han comprendido".
"Aquí en Francia el Aikido es mucho mejor ahora que hace dos años. El Aikido de O'Sensei se ha reanimado. El espíritu, en Aikido, debe estar en un primer plano, y la técnica debe venir luego. Aquél que se preocupa sólo de adquirir la técnica no comprende el Aikido".
"Por ello vengo a Francia y corrijo desde la base. Durante cuatro años lo he cambiado todo, esto es válido para todos los que han participado en mis cursos, de los otros cursos que se imparten no sé nada, sólo sé que hay miles de practicantes. Pero puedo afirmar que los que han seguido mis cursos han aprendido el 100% el Aikido de O'Sensei".
Durante es curso HIKITSUCHI Sensei ha hablado durante mucho tiempo de la relación entre el Aikido y el Universo, y de lo importante que es el hecho de no ver a su compañero como un enemigo... y mientras enseña Bo-Jutsu afirma enseñar exactamente lo que ha recibo de O'Sensei. De él he recibido el pergamino de las enseñanzas secretas. Durante el entreno no cesa de repetir que el Aikido limpia el cuerpo, y que las técnicas sirven para mostrar al otro que no está bien atacar, que no es natural.
"En el Aikido hay que dejar que las manos suban al cielo, hay que dejar la técnica a los dioses, es pedirles su ayuda y dejar hacer".
Todavía hoy en día son pocas las personas que creen posible que se produzcan fenómenos energéticos en la práctica del Aikido. Pero todos los que se entrenan respetando las enseñanzas de base de O'Sensei, tal y como las transmite HIKITSUCHI Sensei, con los tres principios fundamentales: NO MIRAR, NO ESTAR ABIERTO, NO ESPERAR.
Experimentan dichos fenómenos energéticos como una realidad. Los perciben los estudiantes que practican un entreno riguroso y desarrollan su cuerpo para percibir las "aperturas". Estos fenómenos son perceptibles y pueden reproducirse.
Según el nivel de los participantes el estudio puede comenzar con el principio de NO MIRAR a su compañero, no ser consciente del otro, para no ser absorbido por la mirada del que nos envía nuestra propia imagen.
NO ESTAR ABIERTO con el cuerpo, pero con el corazón, compartir con su compañero sosiego y tranquilidad al finalizar un waza, mostrarle que su ataque carecía de objetivo puesto que frente a él no hay un adversario sino un compañero que enseña al otro, sin que se establezca una relación de dominado-dominante, de más fuerte contra menos fuerte.
La vía energética del Aikido pasa por este estudio, si se sigue el precepto de NO ESTAR ABIERTO. Es también sentirse seguro, actuar con la técnica sin ser consciente del compañero y sin estar al alcance de un atemi.
Cuando se ha agudizado la sensibilidad de los participantes con un entreno constante y riguroso, entonces llega el momento de NO ESPERAR con la percepción del instante de la intención de ataque del compañero. Entonces si ambos están reunidos en el momento de la acción alcanzan el punto en el que se cumple la técnica, aunque parezca que no ha empezado.
Esta unificación que reúne a ambos no con su propia energía sino con la energía del Universo, puede llevarles a experimentar, por un instante, lo que O'Sensei llamaba el Kami Waza.
Después de un entreno así, un participante decía: "El Aikido, es la relación de dos personas con la energía del Universo, en un tiempo y en un espacio dados".
No hay acaso una relación entre lo que ocurre al practicar el Aikido y lo que decía en el siglo XIII, un monje Maestro DOGEN a sus discípulos: "Todos llevamos en nuestro cerebro el sistema cósmico, pero si no actuamos, si no practicamos, es imposible darse cuenta, si no se experimenta ¡no se puede alcanzar!".
Hoy en día y a pesar de las informaciones, traducciones de textos, escritos y palabras de O'Sensei, hay todavía pocas personas interesadas en estudiar y comprender todo lo que ocurría en un entreno en épocas de O'Sensei, todo lo que ha enseñado a lo largo de su vida y sobre todo durante aquellos años durante los cuales las técnicas evolucionaron bajo la inspiración espiritual del Fundador en "Técnica Divina".
Las enseñanzas de O'Sensei se manifiestan y existen bajo distintas formas, a través de los testimonios de sus discípulos, de las muchas grabaciones y reportajes audiovisuales, de los encuentros con extranjeros y de las entrevistas. Pero lo más valioso es la experiencia de los que han vivido junto a O'Sensei y son testigos privilegiados de una época, de una vida.
Mientras que los investigadores y los científicos estudian y redescubren en antiguas tradiciones los fundamentos de una nueva física, donde las teorías como las de Alejandro P. BOUBROV invocando el campo bio-gravitatorio cuyas propiedades están relacionadas con lo viviente y el campo gravitatorio, hacen que se acceda poco a poco a una nueva comprensión de los fenómenos energéticos como los que se han podido vivir en algún entreno de Aikido, y a otra mirada sobre los textos míticos y su interpretación.
El astrónomo ruso KOZIREV descubrió una energía todavía más lejana y desconocida que los aparatos han registrado mediante curvas, esta forma de energía omnipresente nos une a los otros, y une a todas las cosas en el Universo.
Quizás el vinculo que nos une al Ki del Universo a través de los kami sería una respuesta al lenguaje de los dioses, respuesta que tal vez conocía O'Sensei Morihei UESHIBA.
"El siglo XXI será espiritual o no será", decía André MALRAUX en los años 60, esto es más vigente que nunca, de la misma manera podría decirse: "El Aikido del siglo XXI será espiritual o no será".
En un libro publicado en 1978: "La Consciencia–Energía, Estructura del Hombre y del Universo", el doctor Thérèse BROSSE daba esta definición de espiritualidad: "Ser espiritual es vivir a un nivel energético superior, es sentir y expresar el carácter universal de la consciencia..." ¿El Aikido es quizás también eso?.
Descubrir que el Aikido está destinado a desarrollar lazos de paz y de amor entre los individuos, y buscar según el deseo de O'Sensei Morihei UESHIBA a través del cuerpo, del corazón y del espíritu practicando con las bases técnicas dadas por el Fundador y gracias al entreno en los dojo realizar el deseo de O'Sensei:
"CREAR UNA GRAN FAMILIA".
Agradezco especialmente a HIKITSUCHI Sensei el haber querido mostrarme los álbumes de su colección particular de fotos de O'Sensei y que reproduzco con su amable autorización.
Annie Morel
Shingu 24 de abril de 1.991