A lo largo de este artículo, veremos lo importante que es la cualidad de la constancia para el aprendizaje del Aikido y como la constancia puede llevar al practicante tan lejos como haga falta.
Si en una cosa se caracteriza el Aikido es porque es un entrenamiento a largo plazo. De hecho, no va a tener un fin determinado, sino que va a ser una herramienta que va a acompañar a la persona a lo largo de su vida ayudándola profundizar en su mejora personal.
Evidentemente, que tendremos mejoras a las pocas semanas de prácticas y otras mejoras a los pocos meses y al año, etc. Pero lo que no vamos a tener es un fin concreto, como podría ser: “cuando sepas estas cincuenta técnicas ya sabrás todo lo que hay que saber sobre el Aikido” o cosas como “cuando llegues a cinturón negro ya sabrás todo sobre el Aikido”.
Porque en realidad, no está marcado un camino igual para todos, cada persona tiene unas cualidades en las que destaca que tiene que cultivar y compartir y otras cualidades que tiene que desarrollar y mejorar. Uno será más ágil, otro tendrá mejor intuición, otro será más rápido aprendiendo técnicas, otro será muy bueno cayendo, etc. Ningún practicante de Aikido realizará el mismo camino.
Cuando se trabaja con niños, es muy interesante encontrar las cualidades que tiene cada niño para poder crear sinergias durante la clase que ayuden a progresara todos. Por ejemplo, un niño más nervioso que necesita estar activo en todo momento es interesante en según que momentos emparejarlo con uno que sea muy calmado que le da pereza en según que momentos levantase para hacer algo. De esta forma, el niño más nervioso, da más energía e iniciativa a la pareja y el más calmado reduce la ansiedad y da tranquilidad. Esto no cambiará a un niño a corto plazo, pero a la larga irá enseñando diversas formas y enfoques de comportarse ante un mismo problema.
También, como hemos comentado en otros artículos, en la práctica de Aikido, no hay competición con otros niños, solo se compite con uno mismo para superarse cada día un poco, y por tanto, nos encontraremos con niños que el primer día hacen Ukemis o caídas sin problemas y otros niños que les cuesta caer o incluso que tienen miedo.
Lo interesante no es decir que uno lo hace muy bien y el otro muy mal. El reto está en que con la ayuda de uno poder mejorar la del otro y de esta forma, a lo largo del curso, el niño que tenia miedo a caer, sepa caer bien. Esto nos puede llevar semanas, meses o años, dependiendo del niño. Lo que si está claro, es que si el niño es constante llegará a conseguirlo.
Si hacemos un poco de matemáticas, lo podremos ver más claro. Si durante una clase el niño practica, pongamos una cifra pequeña, 20 veces caer, que durante los juegos, la clase y el calentamiento serán más. En una semana, viniendo dos clases por semana, habrá caído 40 veces, en un mes 160 veces y en unos 9 mese habrá practicado las caídas unas 1440 veces. Podemos tener claro que alguien que es constante por muy malo que sea haciendo algo si lo repite durante un tiempo y con periodos de descanso durante 1440 veces lo aprenderá.
Pero algo que es importante, es que esto no se hace de golpe, se hace a largo plazo y en pequeñas sesiones. Porque si a alguien le hacemos hacer 1000 caídas, seguramente no volverá al día siguiente por aburrimiento y por estar machacado, pero si hace 20 y se va a descansar, su cuerpo se recuperará rápido del nuevo ejercicio y su cerebro tendrá tiempo para asimilar. De esta forma y con constancia, un niño llegará a aprender a caer, no en una dirección en muchas y de muchas formas. Pero también, con constancia, durante la práctica de Aikido, aprenderá muchas técnicas tanto de pie como de rodillas, autodisciplina, respeto, coordinación, etc.
En las clases que damos en el Centro Aikido Mallorca – DojoCAM se hace un trabajo a largo plazo y fomentamos mucho la constancia, creemos que esta es una cualidad que ayudará al niño en el aprendizaje del Aikido y en su recorrido por la vida.
Si quiere más información de nuestras clases, no dude en CONTACTAR.
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